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sábado, 23 de noviembre de 2024

Neo ateísmo: La religión de la nada

 


En el siglo XXI, el debate sobre la existencia de Dios ha tomado un giro peculiar con el surgimiento del neo ateísmo, una corriente que no solo niega la existencia de un ser trascendente, sino que lo hace con una intensidad casi religiosa. Encabezado por figuras como Richard Dawkins, Sam Harris, Christopher Hitchens (1949 - 2011), Daniel Dennett (1942 - 2024) este movimiento busca (aunque su fervor se ha ido apagando) sustituir la espiritualidad y la trascendencia con un naturalismo científico absoluto, presentándose como una cruzada contra lo que consideran superstición y dogma religioso. Sin embargo, al analizar su discurso, el neo ateísmo parece acercarse peligrosamente a aquello que critica: una forma de dogmatismo que podría calificarse como la religión de la nada.

El vacío existencial como fundamento

A diferencia del ateísmo clásico, que solía adoptar una postura más contemplativa y abierta al misterio del universo, el neo ateísmo proclama con vehemencia que no hay propósito ni sentido último en la existencia. Para sus defensores, el universo es fruto de un accidente cósmico y la vida humana, un fenómeno pasajero en un cosmos indiferente. Sin embargo, esta visión no elimina la necesidad humana de significado; simplemente desplaza la búsqueda hacia el vacío, promoviendo una cosmovisión donde la ausencia de propósito es erigida como un dogma.

El neo ateísmo, al negar toda trascendencia, parece llenar ese vacío con un fervor casi mesiánico hacia la ciencia, no como herramienta de conocimiento, sino como sustituto metafísico. Sus líderes y seguidores no solo hacen un uso excesivo de argumentos que llaman "racionales", sino que ridiculizan y desacreditan a quienes creen en algo más allá de lo material, creando una ortodoxia que divide al mundo entre "los iluminados" y "los crédulos".

La paradoja de la nada absoluta

El problema central del neo ateísmo radica en su contradicción interna. Al rechazar toda noción de trascendencia, termina proponiendo una visión absolutista que pretende responder las preguntas últimas de la humanidad con un silencio categórico. Pero ¿acaso no es esa certeza en la nada una afirmación tan dogmática como la fe religiosa que critican? Al negar la posibilidad de lo trascendente, el neo ateísmo no solo ignora las limitaciones inherentes al conocimiento humano, sino que reduce la riqueza de la experiencia humana a un materialismo estéril.

Además, esta postura olvida que, históricamente, las creencias religiosas han sido una fuente de valores, significado y comunidad. Al despojar al ser humano de estas estructuras, el neo ateísmo no ofrece un reemplazo satisfactorio, sino una narrativa de nihilismo que deja al individuo solo ante un cosmos indiferente.

En base a esto, el neo ateísmo proclama ser defensor de la razón y enemigo del dogma, pero incurre en varias contradicciones fundamentales:

  1. Dogmatismo contra el dogma: Aunque critica las religiones por ser dogmáticas, adopta una postura intransigente al negar cualquier posibilidad de trascendencia, asumiendo que el materialismo es la única verdad.

  2. Certeza de la incertidumbre: Mientras aboga por el escepticismo, afirma con absoluta convicción que no existe propósito ni sentido último, sin admitir la posibilidad de lo desconocido.

  3. Ciencia como fe: Eleva la ciencia de herramienta a una especie de religión secular, ignorando que la ciencia explica el "cómo" pero no necesariamente el "por qué".

  4. Desprecio a lo espiritual: Niega el valor de la espiritualidad humana, ignorando su papel en la cultura, la ética y el sentido de pertenencia.

Estas contradicciones revelan que el neo ateísmo no es completamente inmune a las mismas limitaciones que atribuye a las religiones tradicionales.

¿Un nuevo dogma?

Curiosamente, el neo ateísmo parece replicar algunas de las dinámicas que históricamente han caracterizado a las religiones institucionalizadas. Sus líderes actúan como profetas de la razón, sus obras se consideran textos sagrados para sus seguidores, y su discurso está impregnado de una misión evangelizadora para liberar a las mentes del yugo de la religión. En este sentido, el neo ateísmo no es tanto una negación de lo religioso, sino una reconfiguración de la religiosidad, donde la adoración al vacío y a la razón sustituye a los dioses tradicionales.

El neo ateísmo se presenta como una defensa de la razón frente a la fe. Sin embargo, en su rechazo absoluto de lo trascendente, ha generado una postura dogmática propia. Este nuevo dogma no admite misterio ni cuestiona las limitaciones del conocimiento humano, sustituyendo antiguos sistemas de creencias con un materialismo inflexible.

Al condenar toda espiritualidad, el neo ateísmo se convierte en una ideología cerrada, donde la ciencia, aunque poderosa, es erigida como única verdad. Paradójicamente, este enfoque reproduce estructuras propias de las religiones, con líderes, textos canónicos y una misión evangelizadora.

La verdadera apertura radica en cuestionar tanto el dogma religioso como el cientificismo absoluto, reconociendo la complejidad y el misterio de la existencia.

Conclusión: hacia una verdadera apertura

El neo ateísmo, a pesar de su intención de liberar a la humanidad de dogmas religiosos, se convierte en un espejo de aquello que critica. Al sustituir la búsqueda de trascendencia por un materialismo inflexible, cae en una paradoja: promueve un nuevo dogma que ignora el misterio y las preguntas fundamentales de la existencia. Esta postura, al eliminar cualquier posibilidad de lo trascendente, no solo despoja a las personas de un sentido último, sino que también reduce la riqueza de la experiencia humana a meros fenómenos físicos.

La verdadera alternativa no radica en un rechazo absoluto de lo religioso ni en la imposición del cientificismo, sino en una apertura humilde y reflexiva. Reconocer las limitaciones de nuestro conocimiento y explorar tanto lo tangible como lo intangible nos permite abrazar la complejidad de la existencia, lejos de los extremos de cualquier dogma, sea religioso o secular.

Por último, el neo ateísmo con su énfasis en la negación absoluta deja poco espacio para la reflexión sobre las grandes preguntas de la existencia. Si bien es legítimo cuestionar los dogmas religiosos, es igualmente necesario reconocer las limitaciones del materialismo absoluto. Tal vez la respuesta no radique en un rechazo total de lo trascendente, sino en abrirse al debate y que permita explorar tanto lo tangible como lo intangible, sin caer en el dogmatismo de ninguna religión, ni siquiera la de la nada.

sábado, 9 de diciembre de 2023

¿Se puede establecer harmonía entre la evolución y el diseño? Debes considerar el flagelo bacteriano por Casey Luskin


Nuestro más reciente paper titulado: Sobre la relación entre el diseño y la evolución [1] publicado en el Journal Religions, hace una excelente cobertura del libro de Rope Kojonen La compatibilidad entre el la Evolución y el Diseño. Kojonen, un teólogo, tiene por objetivo armonizar la teoría de la evolución, dominante en la actualidad, con su versión del diseño inteligente. Pues bien, uno de los tópicos a considerar es la máquina molecular denominada: Flagelo Bacteriano. Kojonen cree que el Flagelo Bacteriano cuenta como evidencia de diseño de una manera que también encaja con la evolución. Es decir, piensa que el flagelo bacteriano es un poderoso indicador de diseño y que además es perfectamente compatible con la teoría de la evolución. Por lo tanto, no plantea ningun problema para su intento de unir "diseño" y "evolución" en un todo armonioso.

Mis coautores, Stephen Dilley, Brian Miller, Emily Reeves, y yo no estamos de acuerdo con Kojonen sobre eso y otras cosas, como hemos estado relatando en esta serie de papers [2]. Afirmamos lo siguiente:

 "Nosotros argumentamos lo siguiente: El tipo de diseño que encierra el flagelo bacteriano es incompatible con la corriente principal de la teoría evolutiva. Esto perjudica el intento filosófico de Kojonen de armonizar "diseño" y "evolución". En efecto, la conjunción de "evolución y diseño" de Kojonen está en desacuerdo consigo misma: una de las conjunciones socava la otra. Es decir, el flagelo bacteriano proporciona evidencia de "diseño" de una manera que daña la "evolución".

Para iluminar este problema, empecemos por la explicación de complejidad irreductible:

Una definición inicial para aclarar ciertos puntos. En su libro de 1996, La caja negra de Darwin, el bioquímico Michael Behe define complejidad irreductible de la siguiente manera:

"En El Origen de las Especies, Darwin afirmó: 'Si se pudiera demostrar que existe algún órgano complejo que no haya podido ser formado por numerosas, sucesivas y ligeras modificaciones, mi teoría se derrumbaría por completo'. Un sistema que cumple con el criterio de Darwin es aquel que exhibe complejidad irreductible. Por complejidad irreducible me refiero a un solo sistema compuesto por varias partes bien emparejadas que interactúan y que contribuyen a la función básica, en la que la eliminación de cualquiera de las partes hace que el sistema deje de funcionar de forma eficiente. (Behe 1996, pág. 39)"

"Behe proporciona una ilustración de trampa para ratones la cual es útil en el siguiente sentido. Señala que la trampa para ratones es un sistema irreductiblemente complejo: se compone de cinco partes (una plataforma, un resorte, un martillo, un pestillo y un gatillo), cada una de las cuales es esencial para que la trampa funcione. Una ratonera con el 80% de las piezas no atrapa el 80% de los ratones. Sin un martillo, por ejemplo, la trampa no atrapa ratones. Simplemente no funciona. Todas las piezas deben estar en su lugar que la trampa funcione."

Un argumento positivo para el diseño

Por consiguiente, la definición de Complejidad Irreductible [CI], tal como la establece Behe, es un problema para la teoría de Darwin. Entonces surge la pregunta, ¿por qué el diseño inteligente lo explica mejor?

"El argumento más amplio de Behe es que los sistemas de CI se explican mejor por una mente que por procesos físicos sin mente. Sabemos que, a través de repetidas experiencias, los agentes inteligentes crean sistemas irreduciblemente complejos: pueden estar formados por un arreglo de partes de tal manera que cumplan una función particular, como una radio para captar ondas sonoras o una nave espacial para lanzarla al espacio. Al contrario, sabemos que los procesos físicos escalonados, como la selección natural, deben avanzar hacia una función inmediata (o de lo contrario deambulan estocásticamente, o tal vez incluso fracasan). Para que un proceso como la selección natural construya alguna característica nueva, cada paso debe conferir una ventaja funcional que mejore la supervivencia y reproducción del organismo. De no ser así, el paso es ciego a la selección natural, y no hay forma selectiva de transmitir el rasgo a la siguiente generación. Por lo tanto, en la experiencia humana, los procesos naturales graduales no producen sistemas de CI, pero los agentes inteligentes sí. Entonces, concluimos que la explicación para el origen de los sistemas irreductiblemente complejos tiene mejores bases teóricas en el diseño inteligente."

La "Belleza Divina" del Flagelo Bacteriano

Por supuesto que el ejemplo más famoso de complejidad irreducible es el flagelo bacteriano. Se lo presentamos con su impresionante complejidad:

"De muchos ejemplos de complejidad irreducible que cita Behe, el más destacado es el flagelo bacteriano. Este órgano es un "verdadero motor rotativo" (Minnich y Meyer 2004) que impulsa una bacteria a través del líquido haciendo girar rápidamente una cola en forma de látigo. Funciona muy parecido a un motor fuera de borda.

El biólogo de Harvard Howard Berg ha considerado que el flagelo bacteriano es "la máquina más eficiente del universo" (citado en Dembski 2004, pág. 324). No es difícil ver por qué. Es una verdadera máquina que tiene entre 35 y 40 partes de proteínas, cada una de las cuales tiene su función individual, y que juntas realizan una función integrada, completa con memoria a corto plazo, auto ensamblada y una eficiencia que supera la ingeniería humana. El flagelo tiene un motor rotativo de protones de alta eficiencia que funciona a una velocidad de hasta 100.000,00 RPM. Es una de las máquinas moleculares con mejor comprensión en el mundo científico. (Minnich y Meyer 2004).

5.2.2. La lógica de la ingeniería del flagelo bacteriano

La lógica de ingeniería del flagelo bacteriano ha sido detallada por el ingeniero e informático Waldean Schulz (2021a, 2021b, 2021c). Ha demostrado que la propulsión rotativa requiere varios sistemas estrechamente integrados: un motor flagelar y un filamento, mecanismos de entregas de piezas, un proceso de ensamblaje y un sistema de navegación. Cada uno es esencial para que el flagelo funcione, cada uno está compuesto por múltiples proteínas y cada una debe cumplir con restricciones muy estrictas dictadas por una lógica de diseño general.

Los subsistemas del flagelo incluyen:

  • Un motor rotativo con estatores que generan un mayor par en entornos más viscosos utilizando una estrategia de respuesta adaptativa ingeniosamente diseñada. El motor también tiene un embrague para suspender la propulsión cuando sea necesario y ventajoso (National Science Fundation 2008; Guttenplan et al. 2010).
  • Un filamento similar a una hélice (Ikeda et al. 1996).
  • Los procesos de mantenimiento del motor y del filamento (Schuhmacher et al. 2015; Ribardo et al. 2019; Zhuang y Lo 2020).
  • Un proceso de ensamblaje que incorpora una puerta de exportación que mueve las proteínas diana [3] fuera de la bacteria en la cantidad correcta en el momento adecuado para construir el anzuelo y el filamento (Waters et al. 2007; Minamino et al. 2014; Tan et al.  2021).
  • Procesos que suspenden operaciones y expulsan proteínas flagelares en ambientes amenazantes o en ambientes con bajos nutrientes como una forma de gestionar riesgos. (Ferreira et al. 2019; Nedeljkovic et al. 2021).
  • Navegación quimiotáctica que emplean sensores que envían una señal química al motor para que cambie de dirección cuando la bacteria se mueve en una dirección que no es favorable (Hamadeh et al. 2011; Othmer et al. 2013).
Se ha escrito numerosos articulos sobre el ingeniero de cada uno de estos mecanismos, algunos de los cuales incluso han servido como modelos para la innovaciín humana (Mohammadi et al. 2017; Jiang et al. 2021; Tachiyama et al. 2022). Un biólogo observó que, " ... el flagelo está bien diseñado y bellamente construido por un camino de ensamblaje ordenado, que incluso yo, que no soy creacionista, tengo una sensación impresionante de su 'belleza divina' (Aizawa 2009)"

Problemas para los modelos Darwinianos

Pero ¿plantea el flagelo bacteriano un desafío a las explicaciones darwinianas estándar?
Sostenemos que sí, y este punto es reconocido incluso por Ronen Kojonen, que es un crítico reflexivo:

"La biología comparativa y los experimentos Knockout [4] en el flagelo, ambos, muestran que requiere de muchas partes proteicas coordinadas para funcionar (Mcnab 1987; Pallen y Matzkie 2006). Una máquina de esta complejidad, en la que todas las partes esenciales deben estar en su lugar antes de cualquier función, requiere una explicación. Kojonen ve el poder del argumento de Behe:

"Dado que la función central de la complejidad irreducible emerge solo después de que todas las partes necesarias están en su lugar, por lo tanto, no puede evolucionar de forma plausible. Después de todo, la selección natural no puede seleccionar para una función que emerge sólo después de que todas las partes están en su lugar, porque la selección no puede mirar hacia el futuro. En cambio, la evolución gradual de las partes de un sistema como el flagelo tendría que ser favorecida por la selección natural por alguna otra razón, no por aumentos en la movilidad." (Kojonen, 2021, pág. 116-17)

Además, Kojonen reconoce que incluso la afirmación de la evolución "indirecta" del flagelo bacteriano se enfrenta a graves desafíos e incluso requeriría alguna medida de "serendipia" [5]:

Behe admite que un sistema irreductiblemente complejo podría, en principio, evolucionar de la manera directa, pero con técnica y estilo, como muchos de los críticos de Behe le han señalado. Sin embargo, afirma que, a medida que aumenta la complejidad del sistema, disminuye la probabilidad de tales explicaciones evolutivas. Por otra parte, debido a que las proteínas deben encajar entre sí, las partes deben modificarse antes de cumplir la nueva función. Por lo tanto, las partes análogas que desempeñan otras funciones en otros sistemas no pueden aliviar la complejidad irreductible del nuevo sistema; el enfoque cambia de "hacer" los componentes a "modificarlos" (Behe 2006, pág. 112.13). Orr (1996), que por lo demás es crítico con el trabajo de Behe, sorprendentemente está de acuerdo con esta crítica: "podríamos pensar que algunas de las partes de un sistema irreductiblemente complejo evolucionaron paso a paso para algún propósito y luego fueron reclutadas al por mayor para una nueva función. Pero también es poco probable. De ser así, también se puede esperar que la mitad de la transmisión de su automóvil de repente ayude en el departamento de bolsas de aire. Tales cosas pueden suceder muy, muy raramente, pero seguramente no ofrecen una solución general a la complejidad irreducible".  Aquí, la apelación a nuestra existencia humana común de diseñar cosas apoya la inferencia de crear un orden teleológico complejo es difícil. De hecho, hay bastante serendipia en partes útiles para un propósito que son tan fácilmente adaptables a otro rol. (Kojonen 2021, pág. 117-18)

Ahora bien, Kojonen no considera que la complejidad irreductible del flagelo sea un obstáculo para los modelos evolutivos. Al igual que muchos críticos de Behe, invoca la cooptación como un posible mecanismo de cómo evolucionó el flagelo a través de una vía evolutiva indirecta. Abordaremos ese modelo de evolución en detalle en una publicación posterior, pero por ahora es vital apreciar la complejidad de múltiples subsistemas del flagelo y cómo esto plantea un gran desafío para su evolución:

"Recordemos la afirmación anterior de Kojonen de que la cuestión "crucial" relativa a la evolución de las proteínas gira en torno a las "mutaciones", incluyendo el número, el tiempo y la velocidad necesarios para pasar de una proteína funcional a otra. El reto aumenta drásticamente cuando se evalúa el origen de incluso uno de los subsistemas flagelares esenciales. Por ejemplo, sin duda, se requerirían muchas mutaciones para la "evolución" del sistema de navegación del flagelo (también conocido como quimiotaxis). Para producir un sistema funcional que proporcione una ventaja al organismo, todas estas mutaciones tendrían que ocurrir simultáneamente, similar a un milagro, o cada mutación (o conjunto de mutaciones) tendría que conferir una ventaja funcional (o al menos no infligir ningún daño) en cada paso hacia un sistema completamente operativo. Cabe destacar que las proteínas que componen el sistema de navegación no tienen ningún otro propósito en la bacteria, ni se parecen mucho a ninguna otra proteína. Un sistema de propulsión/navegación parcialmente materializado, por otro lado, no sería "neutral" sino más bien desventajoso para la célula, dado que la producción de proteínas malformadas a algún sistema no funcional requeriría energía para producirse, pero no proporcionaría ningún beneficio compensatorio. De hecho, debido a que las partes o proteínas inútiles no proporcionan ninguna ventaja al organismo, es probable que se degraden rápidamente si no se eliminan (Gauger et al. 2010)."

Una vez más, en una publicación de seguimiento evaluaremos los intentos de explicar la evolución del flagelo a través de cooptación/exaptación/evolución indirecta y mostraremos por qué chocan con muchos problemas graves, incluso fatales, entre los que se encuentra la dificultad de evolucionar nuevas proteínas que Brian Miller ha elaborado. [6]

Por ahora, espero que quede claro que el esfuerzo de de Kojonen por armonizar la evolución y el diseño (tal y como él lo concibe) no es tan fácil en el caso del flagelo bacteriano. En efecto, Kojojen quiere describir el flagelo bacteriano como diseñado, pero también quiere ignorar el hecho de que el tipo de diseño que muestra (complejidad irreducible) plantea un problema importante para la evolución. Por lo tanto, quiere unir diseño y evolución, pero solo dejando de lado algunas de las características principales del flagelo. Esto descarrila notablemente su intento de reconciliación.

Casey Luskin
Director asociado y senior fellow para el Centro por la Ciencia y la Cultura.

Es un geólogo y abogado, con grados en ciencia y leyes. Tiene un PhD en Geología un BS y un MS en Ciencias de la Tierra.




[3] Target protein - Wikipedia [Proteínas Diana]



domingo, 28 de mayo de 2023

¿Sapere Aude?



Sapere Aude escribió Immanuel Kant en su ensayo: Respuesta a la pregunta ¿Qué es la Ilustración?, cuya traducción es: Atrévete a conocer o atrévete a saber. La época ilustrada, la época de los philosophe, vista desde el presente, es vista con nostalgia [por lo menos en lo que a mi respecta] pues, la sociedad posmoderna, o al menos, una parte de ella, no se quiere atrever a saber o a conocer, no quiere hacer uso de la razón para así discernir entre lo racional y lo racional, o mejor no vayamos tan lejos, discriminar aquello que es opuesto al sentido común. La sociedad, o una parte de ella, se ha vuelto presa de sus emociones, de sus afecciones, por lo tanto, todo aquel que quiera transmitir su postura en determinada área debe ser tomado en cuenta porque si no la neo inquisición de "ilustrados" te cae encima para cancelarte, debe ser llevado a lo más bajo de la espiral del silencio. Las redes sociales han jugado un papel muy importante en este sentido. [1]

Me siento a escribir estas líneas, pues, el viernes 19 de mayo del presente año, se llevó a cabo un debate entre el Dr. James Tour y el "profesor" Dave Farina, en la Rice University, Houston TX [2]. El debate. si es que realmente fue un debate, tuvo como título: Are we clueless about the origin of life?, que traduce: ¿Estamos sin pistas sobre el origen de la vida? El desmadre, porque eso fue, era para que cada debatiente, mostrase argumentos [premisas y conclusiones] para defender, por un lado, el del Sr. Farina, que tenemos conocimiento sobre el origen y por el otro lado, el del Dr. Tour, que aún no contamos con evidencia lo suficientemente plausible para afirmar que ya sabemos cómo se originó la primera célula capaz de autorreplicarse. No lo quiero aburrir con el tema del debate, me desvío del tema central de este ensayo. Hago esta referencia del debate porque precisamente muestra lo que vive nuestra sociedad posmoderna, un anti-intelectualismo, un culto a la ignorancia, parafraseando a Umberto Eco: estamos en presencia de una legión de idiotas que al tener acceso a una conexión de internet transmiten sus idioteces e incoherencias a un vasto publico digital, lo que antes se quedaba en un bar con unas cuantas de botellas de vino, ahora se expresa en la redes sociales y peor aún, las masas que siguen estos "iluminados" y repiten sus relatos cargados de retórica emocional. Personas como el Sr. Farina, que se hace llamar profesor, sin tener ningún grado académico, abundan hoy en día, el simple hecho de contar con una conexión a internet, al parecer, es algo así como una pastilla que se toma y listo, el conocimiento aparece tal cual un acto de magia. Influencers que saben de historia, ciencia, economía, política, ciencias sociales, se tomaron la Red y que cuya misión es desmontar el relato de que no hace falta prepararse en lo más mínimo en determinada área del conocimiento, ¿para qué?, lo objetivo ya no hace falta, lo subjetivo sí. Se buscan unos cuantos papers, en la red [o mejor Wikipedia] y se toman como referencia para salir a "refutar" y a "refutar" a todo aquel que se atreva a fomentar una idea que vaya en contra de las creencias de algunos de estos influenciadores digitales. Leer un buen libro, ¿para qué? sí en la red está todo al alcance de un clic, pero resulta que la sociedad posmoderna, a pesar de que, si se puede ubicar información valiosa en la red, ignora más y más. Ignorar no es malo, lo que sucede es que, con el paso del tiempo, las palabras se han ido tergiversando de lo que realmente es su real significado. Ya decían los antiguos: Ignorar no es malo siempre y cuando se tenga la voluntad de salir de ese estado de ignorancia. Todos somos ignorantes en las distintas áreas del conocimiento, aquellos que afirman que poseen el suficiente intelecto para saber de historia, ciencias, ciencias sociales, todo a la vez, sin haber pasado por un largo periodo de estudio y de haber cultivado su intelecto, a saber, reflexionando, haciendo anotaciones, criticando, formando ideas y contrastando con la realidad, realmente merecen el título de ignorante, pues, se arrogan para sí premisas y conclusiones que no son producto de extensas jornadas de razonamiento si no que provienen de otras fuentes: la opinión, la retórica separada de la lógica, o simplemente son producto de la constitución emocional de las personas.

Cuando queremos saber, buscamos bibliografía, buscamos a los expertos, leemos sus libros, sus ensayos y reflexionamos toda esa información, pues bien, aquí, a mi juicio, la raíz del problema: En la actualidad, ya no hay expertos, la persona que investiga, que se sienta a analizar sus resultados y los plasma en un libro, ya no merece respeto, con respeto me refiero a que, no hace falta tomar en cuenta lo que digan los expertos en las distintas áreas del conocimiento. Si se establece un relato en la sociedad y todos los siguen, entonces debe ser verdadero; así es el modo de pensar de la gran mayoría en la era posmoderna. Y es así entonces como se ha llegado a un anti-intelectualismo que ha sido capaz de fomentar un culto a la ignorancia. Lo invito a que se pregunte: ¿Cómo los medios de comunicación audio visuales obtienen sus fuentes? ¿Cómo se organizan estas fuentes? Mas aún, ¿Cómo obtienen las fuentes las personas que les proveen de la información a los distintos medios de comunicación? ¿De dónde provienen las fuentes de aquellos que publican en la red? Son preguntas interesantes pues si se hace práctica habitual, con el paso del tiempo, podemos llegar a discriminar información cuyas fuentes no son confiables. Tampoco quiero caer en el extremo del escepticismo, creo en los estándares objetivos, pero también estoy en conocimiento de que los argumentos objetivos son difíciles de encontrar, y precisamente eso es lo que grandes pensadores nos han legado: atrévanse a conocer, atrévanse a leer, a escribir, a reflexionar, a discernir, siempre acompañado de nuestra razón.

Anti-intelectualismo

Es una corriente que postula la idea de que, para estar en conocimiento de algún tema, no se necesita ser una persona cultivada en las áreas de la historia, la ciencia, las artes y la filosofía. Los anti intelectuales sostienen que no se necesitan de estándares académicos para conocer, pues, según ellos, aquellos que siguen una vida académica, conforman grupos elitistas y que no dan cabida a las opiniones del ciudadano común. En este punto se debe aclarar lo siguiente: La opinión está por debajo del conocimiento, por lo tanto, pretender argumentar basado en la mera opinión es peligroso, y es precisamente lo que está pasando en la actualidad, pues las distintas opiniones dan cabida para el relativismo que tanto daño le ha hecho a la sociedad en la actualidad. Popper, en su ensayo En búsqueda de un mundo mejor,[3] arguye que el relativismo es el camino que usa el tirano para difundir opiniones en función de sus intereses personales y que a la larga terminan destruyendo aquello que llamamos civilización. El relativismo imperante en nuestra sociedad hace imposible encontrar valores morales y objetivos pues todo el mundo quiere imponer su propia verdad, no hay verdades, cualquier opinión debe ser considerada como valida, la era de la posverdad ha llegado. Cuesta admitirlo, pero como dice el dicho: No todos tenemos dedos para el piano y es aquí en donde la virtud de cada uno de nosotros juega un papel muy importante.

"Los griegos, desde Sócrates hasta los estoicos, consideraron siempre que las virtudes eran algo objetivo, es decir, cualidades que describen formas de actuar que en sí mismas son correctas."

"Somos libres para hacer lo que queramos, pero no para constituir la bondad o la maldad de lo que llevemos a cabo."

(Joaquín García Huidobro. El anillo de Giges. Pág. 77)

Debemos tener la virtud de conocer nuestros límites. Seremos buenos realizando algunas tareas, pero no en otras, seremos buenos en algunas áreas del conocimiento, pero no en todas. Aristóteles, a mi juicio, el gran filosofo, fue un gran sabio pues dedicó su vida a cultivarse en las artes, la ciencia, la historia, la ética, la política, la metafísica, escribió tratados filosóficos para aprender a pensar y que hoy en día siguen siendo referencia para muchos intelectuales. Por ejemplo; me encanta leer sobre ciencias y economía, he leído a Richard Dawkins, a John C. Lennox, a Mises, Hayek, y puedo tener diferencias con sus posturas, puedo generar una opinión, pero eso no me da el derecho a que, cada vez que lea algo en la cual no estoy de acuerdo ponerme a pelear por el simple hecho de que no estoy de acuerdo. Suena extraño, lo sé, a lo que me refiero es que muchos opinan, pero pocos son los que estudian. Me gusta la música, toco la guitarra en mis tiempos libres, pero eso no me hace un virtuoso comparable con Joe Satriani, me encanta la cosmología y he estudiado cosmología, pero tampoco puedo afirmar que estoy a la altura de Martin Rees que ha dedicado toda su vida a la investigación en cosmología y ha publicado papers y libros. No se entienda esto como un acto de humildad en donde debemos esconder nuestros prejuicios o sentimientos de inferioridad, simplemente es estar en conocimiento de que tenemos límites.

Debemos saber diferenciar entre una persona que se ha hecho experta en algún área del conocimiento, ya sea investigando y publicando, de aquellos que nos gusta leer y aprender de estos temas pero que no nos hemos dedicado a la tarea de investigar siguiendo una carrera académica. Debemos saber que tenemos límites y que somos buenos en una cosa, pero en otras no, aunque sea difícil de aceptar y hiera nuestros sentimientos, pero son verdades que nadie se atreve a divulgar en esta era de la posmodernidad. No se trata de élites, se trata de personas que con pasión siguieron un camino para encontrar verdades, y por otro lado, estamos aquellos que hemos hecho nuestra vida normal, en nuestra rutina de trabajo haciendo un oficio pero que podemos tener acceso a la información que divulgan los expertos y así reflexionar, pensar, razonar, para que podamos construir nuestro propio criterio.

Los intelectuales y la sociedad

Tampoco debemos caer en el intellectualis admirator ciegamente. El otro extremo, el extremo en donde lo que afirme un intelectual es santa palabra. Las ideas están para debatirlas y contrastarlas con la evidencia empírica, con la realidad y así obtener conclusiones sobre el impacto que puedan ciertas ideas en la sociedad, recuerde que el conocimiento una vez que se presenta en la sociedad tiene consecuencias. Las ideas tienen consecuencias nos dice Richard Weaver [4] en un excelente tratado filosófico publicado en la primera mitad del siglo XX. Volvemos entonces a nuestra querida era posmoderna; fíjese usted que muchos de los intelectuales 2.0 han sido puesto en altares, ocupando un lugar divino, en donde lo que afirma no debe ser sometido a la discusión, se debe aceptar y punto, el surgimiento de las neo religiones. Greta Thunberg es un ejemplo; hoy en día es la "experta" en el cambio climático, nunca ha hecho alguna investigación científica en el área del clima, pero tiene marketing, tiene donaciones y sigue la pauta de la Organización de las Naciones Unidas [O.N.U] y listo, el producto perfecto para mover las emociones de las masas, su mensaje ha calado tanto que, sus seguidores practican la autoflagelación como un acto religioso, se torturan pues la gurú del clima Greta ha propagado un mensaje de que nosotros, los seres humanos, somos culpables del apocalipsis climático que se avecina, entonces, debemos hacer cambios drásticos en nuestra forma de vida para no ser parte de esta catástrofe ambiental. Sembrar el miedo, ten miedo, eres culpable, los medios de comunicación son parte de toda esta maquinaria de propaganda. Pero si un cristiano osa decir en público que al único que le deben tener miedo es a Dios, la lista de insultos sería larga y por supuesto: la cancelación cultural. Apuesto a que todos los seguidores de Greta nunca han leído a Judith Curry o a Patrick Moore. [5]

Todos usamos nuestro intelecto, todos somos intelectuales. El ciudadano común, el ciudadano de a pie, aquel que no está pendiente del sistema, aquel que sin importar quién esté a cargo de un gobierno, siempre está pendiente de desarrollar su intelecto para salir adelante. Cuando desarrolla una idea, busca la mejor estrategia para sacarla adelante siempre que tenga las condiciones básicas para lograr sus objetivos. Pero qué hay de esos intelectuales que, sin saber cómo piensa la sociedad, cómo actúa, cuáles son sus intereses, desarrolla ideas que pueden ser bonitas, escritas en un papel puede ser un poema, pero que, al no tener evidencia sobre su impacto en la sociedad, son capaces de seducir a políticos, académicos, a las elites gobernantes, y que pueden terminar en completos desastres. Es este punto el que realmente interesa; prepararse, estudiar, analizar, escribir, discutir con otras personas las ideas, es de gran aporte para el buen desarrollo de la sociedad, pero el hecho de ser intelectual no necesariamente significa que una persona posee la intelligentsia como Thomas Sowell argumenta en su tratado: Los intelectuales y la sociedad. [6]

"La capacidad de lograr y manipular ideas complejas es suficiente para definir un intelectual, pero no demasiado suficiente para abarcar la inteligencia, lo que requiere la combinación del intelecto con el juicio y tener sumo cuidado en la selección de los factores que explican una teoría que pueda emerger según su evidencia empírica."

Resumiendo, y en criollo: Los intelectuales de caviar que sentados en sus escritorios desarrollan ideas que son del agrado de elites para ponerlas en práctica pero que no dan explicación suficiente del impacto en la sociedad, son esas ideas de las que debemos cuidarnos. Los experimentos, como afirman muchos intelectuales, son eso, experimentos en las cuales la sociedad, nosotros, somos los que terminaremos sufriendo las consecuencias de las ideas de estos intelectuales que manejan mucho conocimiento, pero se alejan del sentido común.

¿Y qué hay de las ciencias duras?

En primer lugar, las llamadas ciencias duras pues se manejan en base al método científico, las ciencias duras como la matemática y la física basan sus teorías en la observación, la ecuación de onda de Erwin Schrödinger explica con bastante precisión lo que ocurre en el micro mundo, la relatividad de Einstein explica con bastante precisión lo que ocurre en el macro mundo. A diferencia de las ciencias exactas, la investigación en el área de las ciencias sociales no se puede llevar por el mismo camino que las ciencias duras. En el área de las ciencias sociales o las mal llamadas ciencias blandas: Historia, Economía, etc. de cierta forma se someten mucho a las emociones de las masas. Cuando usted va a un médico por una dolencia, al salir de la consulta lo primero que haría es ir por la receta médica para sanar, y el doctor es enfático y le explica que de no hacer el tratamiento podría correr riesgos y usted no es capaz de salir a reclamar o dejarse llevar por su constitución emocional para no cumplir al pie de la letra con las indicaciones porque sabe que eso le puede acarrear consecuencias peores con el transcurso del tiempo. Cuando se trata de las ciencias blandas, el cuadro pinta distinto. Una persona que propone una idea y esta es capaz de mover la constitución emocional de las masas, no es de esperar que, si alguien sale a contrarrestar esa idea con argumentos sólidos, las personas entre en juicio y rechacen la idea de plano, no, esa idea, al estar involucrada con las emociones de la gente lo más probable es que todo aquel que se oponga sea cancelado. En fin, en el área de las ciencias duras es más difícil cuestionarlas con la simple opinión o involucrando un cuadro emocional. Una persona que se levante un día gritando a todo lo que da que la relatividad de Einstein es una teoría conspirativa, por ejemplo, lo más seguro es que esa persona sea objeto de burlas. En conclusión, por ese lado, las ciencias duras están a salvo, pero no nos alegremos.

Resulta que el método científico es colonizador, es occidental; esa es la hipótesis que algunos intelectuales han lanzado al vox populi, la idea de que el conocimiento logrado a través del método científico no es objetivo pues fue impuesto, por lo tanto, otras fuentes de "conocimiento" deben ser tomadas en cuenta, a saber: el conocimiento de los pueblos indígenas, así mismo como lo lee. Una conferencia realizada en el museo de Ontario, Canadá, se llevó a cabo por parte de intelectuales formados en el "conocimiento" indígena y afirmaron que debe existir paridad entre la ciencia moderna y las formas de conocimiento indígena. No hace falta que me explaye en este punto, ya usted, querido lector, debe saber para dónde va la micro como decimos en criollo. [7] ¿Qué más podemos esperar? ¿A dónde iremos a parar con todo este relato alejado de todo sentido común?

La cosa no se detiene ahí, resulta que los intelectuales también han lanzado la idea de que la matemática tal cual como la hemos aprendido, desde la antigüedad hasta nuestros días, es racista y debe ser desmantelada y construir una matemática que sea equitativa. [8] ¿Entiende algo usted? Menos yo. En esta era posmoderna ya hemos perdido la capacidad de asombrarnos con tantas ideas de intelectuales contrarias a la razón, pero eso no es todo, lo peor es que en la academia existen grupos que se compran este discurso, en las elites políticas también sucede lo mismo y quieren que estas ideas sean puestas en práctica sin tener el más mínimo cuidado de las consecuencias que esto pueda acarrear. En la página de Equidad Matemática se lee, preste atención:

Cinco pasos para una equidad en la enseñanza de la matemática

1.- Desmantelando el racismo en la instrucción matemática

Ejercicios prácticos para que los docentes reflexionen sobre sus sesgos y transformen su forma de enseñar. [La matemática por supuesto]

2.- Fomentar una comprensión más profunda

3.- Creando condiciones para la prosperidad

4.- Conexión de intersecciones criticas

5.- Prácticas equitativas y sustentables

Vaya usted a saber qué significa todo esto, para mi es un discurso cargado de pura retórica emocional. Según estos intelectuales, la lógica es racista y no fomenta la equidad en las enseñanzas de la matemática, por lo tanto, debemos dejarnos guiar más por nuestras emociones que por la lógica a la hora de abordar una solución de un problema matemático. Estos intelectuales de la nueva era se tomaron bien en serio el libro 1984 [9]. Se imaginan, 2 + 2 = lo que te digan tus emociones.

En conclusión, la batalla es en el terreno de las ideas; las ideas que son dañinas para la sociedad versus las ideas que tienen sentido común. Los intelectuales 2.0 que tanto abundan en el mundo digital debe ser puestos al descubierto, existen grandes académicos y excelentes intelectuales que deben ser leídos. Es muy fácil, con una conexión a la red, divulgar improperios en contra de grandes pensadores, debemos estar alerta y saber diferenciar entre los charlatanes, que los hay en cantidades, de las personas que generan ideas que valen la pena para nuestra civilización. Roger Srcuton dijo: "Un conservador sabe que hay que avanzar, pero también sabe que hay cosas que debemos conservar."

Las nuevas ideas, no siempre dan buenos resultados. Incluso, existen personas que proponen ideas con buenas intenciones, pero con buenas intenciones no se solucionan los problemas. Lo que siempre le ha traído buenos resultados a la civilización a través del tiempo porque desmantelarlo por algo nuevo que no se tiene evidencia de que pueda resultar competente. Si las universidades son el centro del saber donde se discuten las ideas y se genera el conocimiento, pues entonces, se debe poner al descubierto a las corrientes anti intelectual que buscan desmantelar la tradición y reemplazarla por la mera opinión.

Al inicio de este ensayo hice mención de la ilustración expresando nostalgia por lo fructífera que fue esa era. Que decir si nos vamos más atrás en el tiempo, al renacimiento, por ejemplo, que nos dejó el legado de Vivaldi, Bach, Galileo, Leonardo Da Vinci, y que fue el punta pie para la revolución científica de Newton y Kepler. Si nos adentramos más en el tiempo, al interesante periodo medieval, que a pesar de que en el imaginario colectivo sigue la tozuda idea [plasmada por intelectuales 2.0] de que fue un periodo de oscurantismo a pesar de la vasta bibliografía que se ha escrito por grandes pensadores desmontando este mito. Un periodo que nos regaló las universidades tal cual como hoy las conocemos, por citarles uno de los grandes aportes de la Edad Media. Si seguimos y viajamos al periodo antiguo, al periodo de los pensadores clásicos, me atrevería a afirmar que debemos recuperar las enseñanzas de Aristóteles y divulgarlas en los centros de enseñanza, fomentar las ideas que fueron la base de la civilización.

Por ahora me iré a escuchar los Conciertos de Brandeburgo de Johann Sebastián Bach.

[1] Elizabeth Noelle-Neumann. La espiral del silencio. Opinión pública: nuestra piel social. Editorial Paidos. 2010.

[2] Dr. James Tour vs Dave Farina | Are we clueless about the origin of life? #abiogenesis - YouTube

[3] Karl Popper. En busca de un mundo mejor. Editorial Paidos. 1994.

[4] Richard Weaver. Las ideas tienen consecuencias. University of Chicago Press. 1948.

[5] Judith Curry - Wikipedia, la enciclopedia libre Patrick Moore (activista) - Wikipedia, la enciclopedia libre

[6] Thomas Sowell. Intellectuals and society. Perseus Book Group. 2010.

[7] Mishigass at the Ontario Museum: claims of parity between modern science and indigenous “ways of knowing” – Why Evolution Is True

[8] Homepage - Math Equity Toolkit (equitablemath.org)

[9] George Orwell. 1984. Editorial Alma. 2022

Bibliografía adicional:

Douglas Murray. La Guerra contra Occidente. Cómo resistir en la era de la sinrazón. Editorial Planeta Chilena. 2023.


domingo, 15 de enero de 2023

Los peligros de politizar la ciencia por Jonathan Rauch [21/09/2022]

 


¿Deberían las revistas académicas nombrarse guardianes de la justicia social?


Nature Human Behaviour [NHB], un miembro respetado del establo Springer, cree que sí. "La ciencia ha sido cómplice durante demasiado tiempo en la perpetuación de las desigualdades estructurales y la discriminación en la sociedad", declaran los editores en un manifiesto reciente. "Con esta guía, damos un paso para contrarrestar esto".


Los editores nos aseguran que "avanzar en el conocimiento y la comprensión es un bien público fundamental". Bien. Dicen que la investigación debe evitar dañar a las personas que estudia; no es una propuesta controvertida. Pero luego, en un movimiento que merece ser muy controvertido, amplían su definición de daño inaceptable para incluir consecuencias sociales negativas para los grupos estudiados.


Los investigadores deben "minimizar tanto como sea posible riesgos de daño a los grupos estudiados en la esfera pública". "La investigación puedeinadvertidamente, estigmatizar a individuos o grupos humanos". "Puede ser discriminatorio, racista, sexista, capacitista u homofóbico. Puede proporcionar una justificación para socavar los derechos humanos de grupos específicos, simplemente debido a sus características sociales".


Un investigador podría no tener un hueso discriminatorio en su cuerpo, y podría tener un cuidado exquisito para evitar sesgar su investigación. Su evidencia puede ser sólida, sus métodos sólidos y sus conclusiones realmente ciertas. Sin embargo, los editores pueden rechazar su artículo, requerir revisiones o incluso retractarse y repudiarlo si creen que "socava la dignidad o los derechos de grupos específicos; asume que un grupo humano es superior o inferior a otro simplemente por una característica social; incluya discursos de odio o imágenes denigrantes; o promueve perspectivas privilegiadas y excluyentes".


La insinuación de agendas políticas en la ciencia no es nada nuevo; escribí sobre ello en mi libro de 1993 "Los inquisidores amables: Los nuevos ataques al pensamiento libre". En aquel entonces, facciones como los creacionistas, los afros centristas y los marxistas estaban vendiendo alternativas a la biología, las matemáticas y las ciencias sociales convencionales. Hoy en día, la derecha política está trabajando arduamente para limpiar las bibliotecas escolares y los planes de estudio de lo que consideran la teoría crítica de la raza (sea lo que sea) y la "preparación" LGBT (sea lo que sea).


Mientras tanto, en la izquierda progresista, los académicos piden repensar la libertad académica para que no proteja "algunas ideas [que] no merecen ser escuchadas". Recientemente, el sistema de colegios comunitarios del estado de California ordenó a sus empleados, incluidos los profesores, que contribuyeran "a la investigación y becas de DEI y contra el racismo", en violación de la libertad académica y posiblemente de la Constitución (como señala la Fundación para los Derechos Individuales y la Expresión). Anna Krylov, en su importante artículo "El peligro de politizar la ciencia", da otros ejemplos de activismo de justicia social disfrazado de ciencia. "Soy testigo de intentos cada vez mayores de someter la ciencia y la educación al control ideológico y a la censura", escribe, y agrega que recuerda esfuerzos similares en la Unión Soviética de su infancia.

Aun así, innovador o no, el manifiesto de Nature Human Behaviour merece atención, porque representa un respaldo explícito al control de la justicia social por parte de una revista científica respetada. En sus detalles, está plagado de problemas.


En Quillette, el psicólogo social Bo Winegard hace un trabajo magistral diseccionándolos. Toma nota de la vaguedad terminal de la guía. "La ambigüedad se acumula sobre la ambigüedad para ampliar el ámbito caprichoso del censor", escribe. "No se requiere clarividencia para predecir que estos criterios no se aplicarán de manera consistente". Señala los supuestos ideológicos tendenciosos incrustados en el documento. Identifica algunas de las investigaciones legítimas que podrían ser aplastadas y enfriadas.


Los hallazgos sobre las diferencias grupales (sexuales, raciales, culturales, etc.) serían sospechosos. Winegard señala que un artículo que encuentre que los hombres homosexuales son más promiscuos en promedio que los hombres heterosexuales podría considerarse inaceptablemente estigmatizante, incluso si los hallazgos "podrían ... conducir a una reducción en la tasa de infecciones de transmisión sexual", algo que los editores no tendrían forma de anticipar.


Un biólogo podría sentirse inhibido al afirmar que los humanos son sexualmente dimorfos, que el hombre y la mujer son biológicamente distinguibles, o que existen diferencias sexuales en absoluto. Algunos de mis propios escritos podrían ser sospechosos, por ejemplo, sobre el valor para los niños de familias biparentales y los peligros de la ideología radical de género. Como señala Winegard, las directrices son tan vagas y tan amplias que seguramente serán escalofriantes.


No puedo mejorar el análisis de Winegard de las deficiencias de la guía, por lo que en este ensayo tomaré un rumbo diferente al manejar el manifiesto de NHB. Aquí están lo que creo que son tres argumentos plausibles a su favor, y por qué fracasan.



  1. "Los científicos y las revistas siempre consideran el impacto social cuando toman decisiones de investigación. Simplemente lo estamos haciendo explícitamente".

Este es el punto más fuerte que NHB puede hacer, porque su premisa es cierta. Los investigadores y editores no son máquinas, vulcanos o sociópatas, y no nos gustaría que lo fueran. No pueden ni deben abstraerse de las sociedades de las que forman parte. Pueden y deben pensar en las implicaciones sociales de su trabajo y protegerse contra consecuencias previsiblemente malas.


Todos los días, los investigadores, las revistas y los donantes consideran el bienestar de la sociedad, incluidos los efectos en los grupos marginados, cuando deciden en qué trabajar, qué publicar y qué financiar; Si no lo hicieran, la ciencia se volvería sociópata y reprensible. Yo mismo insté una vez a un destacado investigador a eliminar un capítulo de libro que, incluso si fuera empíricamente sólido, dañaría irresponsablemente las relaciones raciales y su propia reputación.


Un dilema, aquí, es fundamental. ¿Cómo puede la ciencia considerar la responsabilidad social sin politizar la investigación? Este problema es difícil. A lo largo de los siglos, la ciencia ha elaborado una respuesta imperfecta pero muy funcional: la subsidiariedad.

La subsidiariedad es la noción de reducir el control centralizado sobre la toma de decisiones empujándola a niveles inferiores, como individuos, gobiernos locales, suboficiales, gerentes de franquicias y grupos comunitarios. La subsidiariedad aprovecha el conocimiento local; fomenta la experimentación y retrasa la osificación burocrática; fomenta la iniciativa personal; disuade la adquisición sistémica por intereses especiales.


En gran medida, la ciencia trabaja sobre el mismo principio. Los organismos de acreditación, las sociedades científicas y las organizaciones profesionales establecen pautas generales. Sin embargo, al aplicar esas directrices, otorgan una amplia discrecionalidad a las universidades, que otorgan una amplia discrecionalidad a sus facultades, que otorgan una amplia discreción a los investigadores individuales. En su mayor parte, confiamos en profesionales capacitados para tomar decisiones de investigación socialmente responsables. En su mayor parte, lo hacen. Las preguntas sobre el daño social y la justicia social se discuten en conversaciones y debates entre los miembros de la comunidad de investigación, no resueltas perentoriamente por un puñado de editores.


En este sistema desagregado y descentralizado, las revistas desempeñan el papel esencial de intermediarios. Evalúan la importancia de la investigación, examinan su calidad y, una vez aprobada, la introducen en el mercado de ideas. Por supuesto, no pueden ser perfectamente apolíticos, porque son humanos; Pero, tradicionalmente, aspiran a ser ideológicamente neutrales para que las inclinaciones políticas de los editores no reemplacen la experiencia científica de los investigadores. Queremos que actúen como controles de calidad, no como puestos de control políticos.


Al hacer explícitamente de la justicia social un elemento de la política editorial, NHB rompe con esta tradición. En la medida en que lo haga, los resultados serán malos. Por muy profesionales y bien intencionados que sean los editores de NHB, no están calificados para decidir en nombre de la sociedad si la investigación es socialmente dañina o deseable. De hecho, no tienen idea de cómo se ramificará una investigación.

Desde el intento de la Iglesia de suprimir el heliocentrismo hasta los esfuerzos modernos del gobierno federal para obstaculizar la investigación sobre la violencia armada y los beneficios para la salud del cannabislas autoridades han citado constantemente los daños sociales como motivos para suprimir la investigación, y siempre se han equivocado. La bola de cristal de los editores de NHB no será más clara. En la práctica, ellos también se limitarán a interponer sus propias conjeturas y prejuicios entre los investigadores y la comunidad más amplia de académicos, prejuzgando y distorsionando la búsqueda de la verdad.


Los editores sugieren una respuesta a este problema. Aquí está, en su totalidad: "Nos comprometemos a utilizar esta guía con cautela y juicio, consultando con expertos en ética y grupos de defensa cuando sea necesario". En otras palabras, reclutarán activistas políticos y kibitzers [Chismosos] no especializados como asesores científicos. Como señala Winegard, esto no es tranquilizador.


  1. "Somos conscientes del peligro de la politización, pero no sucumbiremos. Como dice nuestro editorial: "Asegurar que la investigación realizada éticamente sobre las diferencias individuales y las diferencias entre los grupos humanos florezca, y que no se desaliente ninguna investigación simplemente porque puede ser social o académicamente controvertida, es tan importante como prevenir el daño".

Buena suerte, NHB, con tus buenas intenciones. Tenemos 300 años de tradición científica que ayuda a los investigadores y editores a comprender lo que constituye el mérito científico. Sabemos que el razonamiento bayesiano es más confiable que la selección selectiva; que los ensayos controlados doble ciego son mejores que las muestras de conveniencia; que equiparar la correlación con la causalidad es un error; y mucho, mucho más.


"Prevenir el daño", por el contrario, es un criterio completa e inherentemente subjetivo. La nueva política invita a activistas y grupos de interés a vetar investigaciones "dañinas". Aceptarán la invitación, alegando que cualquier investigación que los ofenda es opresiva, desigual, estigmatizante, traumática, racista, colonialista, homofóbica, transfóbica, violenta y ... ustedes saben a lo que me refiero.


Cuando exigen el rechazo o la retractación de cualquier investigación que los ofenda, NHB, habiéndose comprometido a prevenir el "daño", no tendrá nada definitivo a lo que recurrir. Si los editores no ceden de inmediato, pronto lo harán.

Además, la orientación de NHB es evidentemente política. Considere este criterio para el contenido problemático: "Presentaciones que incorporan perspectivas singulares y privilegiadas, que excluyen una diversidad de voces en relación con grupos humanos socialmente construidos o socialmente relevantes, y que pretenden que tales perspectivas sean generalizables y/o asumidas". Si puedes averiguar lo que significa este gobbledygook [lenguaje pomposo pero tramposo], eres más inteligente que yo. Lo que sí transmite inequívocamente, sin embargo, es una política de identidad de izquierda despierta. Los editores también podrían colocar un letrero que diga: "Los conservadores no son bienvenidos".


Según el Pew Research Center, de 2015 a 2019 la proporción de estadounidenses que dicen que los colegios y universidades tienen un "efecto negativo" en el país aumentó del 28% al 38%: un aumento sorprendentemente (y deprimente) dramático. Gran parte de esa hostilidad es atribuible a la percepción de que la academia está dominada por la izquierda progresista y es intolerante. Incluso si los académicos y editores no inyectan deliberadamente política en su trabajo (y la mayoría no lo hace), múltiples encuestas muestran que los puntos de vista conservadores son tan raros en algunas disciplinas que las ortodoxias progresistas simplemente se dan por sentadas.


Todo lo relacionado con la declaración del NHB empeorará este problema.


  1. "Bueno, ¿no estás de acuerdo en que la ciencia ha demostrado estar sesgada de maneras que perjudican a los grupos sociales marginados? ¿No deberíamos hacer algo al respecto?"

Sí, y sí. Pero tengo un plan mejor: más y mejor ciencia.

Sé un poco sobre la ciencia intolerante. Durante décadas, el establecimiento psiquiátrico de Estados Unidos clasificó la homosexualidad como una enfermedad mental. Como consecuencia directa, los estadounidenses homosexuales fueron descalificados de sus trabajos, estigmatizados como desviados y peligrosos, y sometidos a "tratamientos" que incluían electroshock y lobotomías. Este no es un mundo lejano y lejano para mí; fue mi mundo hasta los 13 años. La psiquiatría tenía buenas intenciones, pero su caracterización de mí como enfermo fue una de las razones, a medida que surgían mis deseos sexuales, luché desesperada e inútilmente para suprimirlos.


En 1956, la psicóloga Evelyn Hooker probó si los psiquiatras podían distinguir a los homosexuales de los heterosexuales basándose en evaluaciones de personalidad anónimas. Los psiquiatras no podían notar la diferencia. Otros trabajos confirmaron el de Hooker. En 1973, por un voto de todos sus miembros, la Asociación Americana de Psiquiatría corrigió formalmente su error al eliminar la homosexualidad de su lugar en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales. Frank Kameny, el mayor defensor de la igualdad de gays y lesbianas del siglo pasado (y él mismo un científico entrenado en Harvard), calificó la reversión de la APA como la mayor cura masiva de la historia.


Fue un ejemplo de la fortaleza más singular de la ciencia: su capacidad de autocorregirse.

Una pregunta que me hago: en 1956, cuando era un hecho que los homosexuales son pervertidos que representan un peligro para ellos mismos y para la sociedad, ¿la investigación de Evelyn Hooker habría pasado el equivalente a la guía de NHB? ¿Lo habrían publicado los editores de la revista? ¿O lo habrían sofocado debido al "daño social" que podría causar?

Puedes conjeturar tan bien como yo. Solo diré que, dada la historia que se remonta a Galileo y mi propia experiencia, soy bastante escéptico de las ofertas de los autodenominados guardianes para suprimir la ciencia socialmente dañina.



Aquí está mi contraoferta a Nature Human Behaviour:


Comprenda que no es su trabajo evitar que la ciencia "perpetúe las desigualdades estructurales y la discriminación en la sociedad". Vuelve a hacer lo que sabes hacer. Entiéndanse a sí mismos no como montados en la corriente de la investigación, juzgando lo que hace y no promueve la justicia o daña a la sociedad, sino como sirviendo humildemente a una comunidad de académicos que colectivamente tienen infinitamente más conocimiento, sabiduría y experiencia que ustedes.


Permita que sus miles de investigadores, revisores y lectores tomen sus propias determinaciones diversas y diversas de cómo la investigación podría beneficiar o perjudicar a grupos, individuos y el bien público. Acepten que es arrogante e importante para cualquiera, incluidos ustedes mismos, erigirse en visionarios capaces de prejuzgar el proceso científico. Aplicar los estándares no políticos de mérito científico y excelencia editorial que se han perfeccionado durante siglos.


Sobre todo, recuerde quecon mucho, el mayor motor de justicia social, derechos humanos e igualdad ha sido el avance del conocimiento y el retroceso de la ignorancia, por parte de una comunidad de buscadores de la verdad facultados para seguir la evidencia dondequiera que conduzca. Si se preocupan por hacer que la sociedad sea mejor y más justa, servirán a esa comunidad, no se designarán a sí mismos para dirigirla.


Jonathan Rauch es miembro del Instituto Brookings y autor del libro: La constitución del conocimiento. Una defensa de la verdad.

The Constitution of Knowledge (brookings.edu)


Ensayo original en:

The Danger of Politicizing Science - by Jonathan Rauch (persuasion.community)


Otras fuentes sobre el tema:

The Peril of Politicizing Science | The Journal of Physical Chemistry Letters (acs.org)


Views of Higher Education Divided by Party | Pew Research Center